Yo soy una estudiante superior y he vivido en el campus todos los años que llevo en la universidad. Cuando cuento a mis compañeros que he vivido en una residencia estudiantil por dos años, me preguntan, “¿Eres una asesora residencial?” Obviamente, no hay otras razones para vivir en el campus, ¿verdad? Para mí, hay muchas razones por las que yo decido cada año volver a las residencias estudiantiles.
La primera razón es la conveniencia. A diferencia de los estudiantes que viven en los apartamentos, yo no tengo que despertarme más temprano para conducir al campus o esperar el autobús. Si me despierto solamente cinco minutos antes del comienzo de mi clase de 8 a.m., está bien porque puedo correr. Un estudiante fuera del campus no puede hacerlo. Cuando llega al estacionamiento, la primera mitad de su clase se ha terminado.
La segunda razón es la comida. Sí, yo sé que los estudiantes fuera del campus pueden comer en los comedores, pero es más difícil para ellos. Ellos no pueden andar a Deet’s para una leche malteada o a DX para una hamburguesa a la medianoche. También, vivir en el campus significa que yo no tengo que comprar comestibles para cocinar la cena. Me encanta cocinar y hornear, pero yo ahorro más dinero cuando no estoy gastando mi sueldo en el supermercado. Solo tengo que pasar mi Hokie Passport (o mi dinero mágico, me gusta llamarlo) a través de los comedores y como toda la comida que quiero.
La tercera razón es el potencial para descubrir y crear una comunidad en las residencias estudiantiles. Durante mi primer año en una residencia estudiantil, yo hice un esfuerzo para conocer a tantas personas como fuera posible. Mi compañero de cuarto y yo participamos en muchos de los eventos de nuestra residencia. Fuimos a las cenas de D2, noches de helado de Deet’s y también las fiestas de Halloween y Navidad. A veces me sentía incómoda en esos eventos porque había personas que no conocía, pero también, esta fue la mejor parte de asistir a los eventos –aproveché la oportunidad para conocer a gente nueva. Es fácil para los que viven fuera del campus alternar solamente con sus amigos y no invitar a gente nueva; es más cómodo para ellos. Vivir en una residencia estudiantil con personas de todo el mundo con muchas vidas diferentes me anima a convertirme en una persona más graciosa y abierta a conocer personas quienes son diferentes a mí. En realidad, yo conocí a mi mejor amiga en una residencia estudiantil. Desafortunadamente, ella se graduó el mayo pasado, pero vivíamos juntas en un dormitorio por dos años. Éramos dos estudiantes de transferencia y necesitábamos la comunidad de las residencias estudiantiles.
La cuarta, y final, razón por la que pienso que vivir en el campus no es solo para los estudiantes del primer año es porque tiene toda su vida para vivir en un apartamento. Tiene toda su vida para asumir las responsabilidades de pagar las facturas, cocinar y vivir sola. Pienso que “la experiencia universitaria” existe en el campus y en las residencias estudiantiles. También, compartir un cuarto pequeño con un desconocido te enseña muchas lecciones que son esenciales de la vida. Por ejemplo, te enseña cómo resolver problemas, comunicarte efectivamente, y trabajar juntos para crear un ambiente seguro y sano para ambos estudiantes. Estas habilidades resultarán beneficiosas en el lugar de trabajo también. Los jefes de compañías quieren trabajadores quienes son agradables y aprecian la importancia del trabajo en equipo.
Yo siento que la vida de un estudiante quien vive en el campus asume una reputación mala. Los estudiantes superiores ven las residencias estudiantiles como una cárcel. Es desafortunado que los estudiantes superiores no se den cuenta de los beneficios de una vida en el campus. Algunos se dan cuenta de esto, obviamente porque soy una de ellos. Soy una senior quien está orgullosa de vivir en las residencias estudiantiles de Virginia Tech por toda mi carrera universitaria.