Cada miércoles en el campus de Virginia Tech, en el edificio de las artes liberales, aproximadamente a las cinco y media de la tarde, algo ocurre: magia. Cualquier transeúnte arbitrario puede que no sepa lo que está pasando, pero si sube las escaleras de hormigón, podría ser capaz de oír por la puerta de cristal el pisar de pies y escuchar el débil sonido de brazos en movimiento, muñecas girando y dedos rodando con elegancia a través del aire.
En los semestres más recientes ha sido una clase enseñada en español en el campus por la profesora y doctora, María del Carmen Caña Jiménez. Ahora, es la tercera vez que la profesora Caña Jiménez ha ofrecido esta oportunidad a los estudiantes hispanohablantes. Desde el principio la clase y los estudiantes han recibido mucha atención por parte de la universidad, las organizaciones diferentes del campus y aún escuelas y grupos fuera de la universidad. También ella ha tenido un montón de peticiones del público para tener una interpretación de su grupo de flamenco en cualquier evento. El semestre pasado el grupo, más conocido como VT Olé, bailó en más de cuatro exhibiciones y en el semestre en curso era invitado por Debra Stoudt, la Decana Asociada del colegio de los artes liberales a bailar en la feria de los estudios en el extranjero.
La clase empezó después de que una estudiante, Natalia Éstevez, contactara a la profesora y quisiera conocerla y aprender flamenco. Las dos empezaron a bailar flamenco juntas y estuvieron unos semestres hasta Caña Jiménez enseñó los pasos a unos de los estudiantes en un programa del verano. La clase tuvo tanto éxito que después ella tomó la decisión de ofrecer una clase de Sevillanas a todos los estudiantes en el próximo semestre de otoño y yo era una de los estudiantes.
Ella empezó la primera clase como empieza la primera clase cada semestre de todos sus clases. "¡Hola chicos! Soy Mari Carmen" y entonces les preguntó a los estudiantes de dónde viene ella basado en su acento. La respuesta: España. Pero, ¿dónde? Entonces ella usa la tiza y dibuja la forma de España en la pizarra y el norte de África por debajo y hace dos puntos en el lado de África. "Hay dos ciudades en África que son realmente españolas." Una de ellas es Melilla y es la ciudad donde creció la profesora. Después de una presentación, miramos una película sobre flamenco de Carlos Saura y entonces empezamos las instrucciones para el baile.
Se puede dividir “las sevillanas” en cuatro partes, cuatro sevillanas: la primera, la segunda, la tercera y la cuarta. Todas son diferentes y contienen pasos específicos. Nosotros aprendimos la primera sevillanas en su totalidad el primer día de clase. ¡Fue difícil, fue rápido, y fue loco! Pero a todos, nos encantó. Me encantó y no he parado desde entonces.
He estado tomando la clase desde el primer semestre y entonces es mi tercer semestre pero siempre miro hacia atrás a aquel primer semestre. Aprendimos y trabajamos mucho tratando de prepararnos para nuestro espectáculo final. Cuando estábamos preparándonos en las últimas semanas la profesora Mari Carmen preparó una lectura para nosotros. Ella habló sobre los trajes de los bailadores de flamenco: sombreros para los chicos y faldas para las chicas. Y llevan una cosita más con ellos: el duende. Literalmente duende puede ser otra palabra para un elfo pero en el mundo de flamenco duende significa pasión, alma, todo lo que impulsa a un bailador de flamenco a dar lo máximo de un mismo. Todos nosotros estuvimos enamorados de esta idea de duende y la tomamos en nuestros corazones.
En unas semanas fue el tiempo para nuestra espectáculo. Mi familia vino y todos mis compañeros y yo estábamos nerviosos. Había mucha gente en la audiencia y todos los asientos estaban llenos. Pero habíamos practicado y sabíamos que estábamos preparados. Para deshacernos de los nervios, decidimos hacer un corrillo como en un juego de fútbol americano y nuestra canto fue una palabra nueva que cada uno había comenzado a amar: “¡Oh, oh oh oh oh oh oh oh oh, DUENDE!”
Ahora mientras me preparo otra vez para un espectáculo final, yo sé que todo estará bien y no estoy nerviosa porque todavía lo tengo -- el duende. Y tú, ¿lo tienes?